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El misterio de Soho: Música, trama y fantasmas

En 2021, Edgar Wrigth llevó a la pantalla grande su película El misterio de Soho (Last night in Soho), la cual cuenta la historia de Ellie, una joven que se muda a Londres para estudiar diseño de modas y que debido a sus dones psíquicos se convierte en testigo de parte de la vida de una aspirante a cantante en los años 60.


Independientemente de lo maravillosa que es la película en su totalidad, hay un elemento que sobresale (y que es una característica particular del cine de Wright): la selección musical.

Por supuesto, para una historia en la que la década de 1960 es el centro de la trama, la música debe ir a la par. Es por eso que no sorprende que la selección musical de esta película esté conformada en su gran mayoría por canciones que pertenecen a dicho lapso de tiempo, con repentinas apariciones de canciones de otros años.


Esta selección es realmente brillante, pues además de hacer que el público cante y baile, crea una historia con ellas colocándolas en un orden específico:


En primer lugar, para presentar al personaje de Ellie, tenemos la canción A world without love de Peter and Gordon, un dúo que con un ritmo pegajoso hablan de la espera que muchas veces se debe pasar para que el amor llegue a nuestras vidas. Sin duda, este clásico de los 60’s presentó el tono en el que iría la selección musical del resto de la película.



La segunda canción que escuchamos es Don’t throw your love away de The Searchers, una canción que habla del amor, tanto del propio como del que se le da a los demás y de la importancia de no abandonar los sueños por estar con otra persona. Así, la canción adquiere un tono inspirador y tranquilo debido al tipo de instrumentación que usa el grupo.



Sin embargo, no todas las canciones que aparecen en esta historia tienen letra, sino que hay casos, como el Beat Girl de John Barry Orchestra, la cual combina el rock con la orquestra creando una canción sumamente pegajosa que hace alusión al baile y a la fiesta, o en el caso específico de la película, a las salidas y paseos nocturnos por las calles de una ciudad que se conoce por primera vez.



La cuarta canción que aparece en esta película es Starstruck de The Kinks, una canción que guarda en su letra una pequeña advertencia acerca de cómo la vida puede ir por caminos peligrosos si se deja al descontrol al mando de las decisiones que hacemos. Sin embargo, dentro de la película esta canción se relaciona de otra manera con la historia, pues crea un punto de reflexión sobre la importancia de no aparentar por intentar encajar.



Estas canciones funcionan a la perfección como una introducción de lo que se podrá ver y escuchar más adelante en la historia, pero ya es tiempo de pasar a esas canciones que arman una trama al escucharla una tras otra.


El orden comienza con la quinta canción de la película, Your my world de Cila Black, una canción romántica que habla sobre una manera especial de experimentar el amor y de la intensidad con la que este se siente. Claro, siguiendo la historia de El misterio de Soho, este amor no tiene que ser precisamente hacia una persona, sino que puede ser hacia cualquier otra cosa que nos produzca una sensación de bienestar. Además, con esta canción hay que hacer una mención especial ya que también aparece al final de la película dando a la canción un toque donde el amor se convierte en una obsesión peligrosa.



Antes de pasar a la parte más “romántica” del soundtrack, hagamos una pausa para disfrutar Wade in the water de The Graham Bond Organisation, una canción muy movida que hace que uno se quiera levantar del asiento y bailar esta canción con toques de twist y orquestra. La importancia de esta pausa musical es que el baile en ocasiones puede crear vínculos románticos en los que se entra en picada.



Ahora sí, pasando a la séptima canción de la trama, Anyone who had a heart¸ segunda aparición musical de Cila Black. La letra habla acerca de esos amores que son imposibles de terminar por más que uno intenta poner distancia, esos amores que se separan sólo para volver a estar juntos nuevamente. Quizá la canción no sea demasiada romántica, pero el sentimiento que le pone Cila Black demuestra todo lo contrario.




Cuando el amor llega, viene también la parte donde no se puede dejar de pensar en esa persona, cosa, o lo que sea que nos tiene en estado de enamoramiento. Eso es lo de lo que habla I’ve got my mind set on you interpretada por James Ray, la cual menciona brevemente esos momentos donde es imposible poder dejar de pensar en alguien y el tiempo que se requiere para tomar el siguiente paso.



En caso de que la canción anterior no sea suficiente, tenemos a continuación (Love is like a) Heat weave de The Who. Una corta pieza musical que habla sobre el surgimiento del amor y lo bien que se siente uno al pensar y al estar con la persona que nos hace sentir así.



El amor suele asociarse con cosas bonitas, con corazones, bombones de chocolate, globos, citas románticas a la luz de la luna y muchas otras cosas. Sin embargo, en ocasiones el amor lleva a lugares oscuros, a callejones sin aparente salida y a un remolino de emociones que nada tienen que ver con lo que uno puede observar en películas románticas.


Puppet on a string es una canción de Sandie Shaw que habla sobre la manipulación que puede existir en las relaciones románticas y cómo esto al principio se ve como algo positivo hasta que empezamos a cuestionar lo que realmente está ocurriendo.



Antes de que la cosa termine de caer, la película realiza una nueva pausa música al rimo de Land of the 1000 dances interpretada por The Walker Brothers. Una canción con mucho ritmo que menciona diferentes tipos de baile a lo largo de su letra.



Pasando a la recta final de este soundtrack, es importante considerar que esta historia tiene fantasmas en ella, por lo que no sorprende que una de las canciones que aparecen es There’s a ghost in my house de R. Dean Taylor. Esta es una canción que se sale del estilo de los 60’s, pues pertenece al año 1973. La letra habla sobre esos “fantasmas” que quedan después de una ruptura romántica. Por supuesto, escuchar esta canción sabiendo que en tu casa de verdad aparecen figuras espectrales adquiere un sentido completamente diferente.



Por si no fuera suficiente el hecho de sentir que hay algo en nuestra casa que nos atormenta, en ocasiones la vida se las arregla para asegurarse de que no podamos dejar de pensar en eso que nos tiene mal. (There’s) Always something there to remind me, otra canción de Sandie Shaw, habla sobre esos recuerdos que viven en todas partes y que nos impiden seguir adelante a pesar de que lo intentemos, especialmente en lo que a amor se refiere. A pesar de que la canción tiene toques románticos, su aparición dentro de la película queda impregnada de toques de terror, convirtiéndose así en una de esas canciones que adquieren un significado diferente después de escucharla dentro de un contexto como este.



Finalmente, hay canciones que llevan el nombre de una persona, y que para algunos esto puede ser algo muy bueno, especialmente si la canción es bonita o divertida, pero hay ocasiones en las que aun cuando las canciones cumplen con estas características, no es lindo escuchar nuestro nombre dentro de una pieza musical. Eloise de Barry Ryan es una de esas canciones, pues a pesar de que su letra habla sobre el amor incondicional, además de que tiene un excelente ritmo, dentro de la historia se convierte en una verdadera pesadilla para la protagonista.



Esta es la selección musical que aparece en El misterio de Soho, una película que nos pone a reflexionar sobre el peso que le llegamos a dar a la música y los múltiples significados que esta puede tener dependiendo del momento en que se escuche.


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