No es novedad escuchar que cada quien le pone a su vida el soundtrack que quiere, buscamos canciones que se adecuen a nuestro estado de ánimo, o que vayan acorde a lo que hacemos durante el día.
Musicalizar nuestra propia realidad parece ser fácil, aunque ¿quién no se ha a enfrentado a esos momentos en que ningún ritmo parece satisfacer lo que sentimos y sólo saltamos de canción en canción en busca de algo que nos llene?
Si esto nos sucede, entonces uno pensaría que ponerle soundtrack a la vida de alguien más, resultaría todo un reto. La película Beautiful boy (2018) logró pasar la prueba al hacer una selección musical para una historia basada en hechos reales. La trama se centra en la familia de David Sheff y el torbellino de emociones en el que se ven envueltos a partir de que su hijo mayor, Nic, comienza a consumir drogas.
No nos pongamos tan serios aquí y no nos centremos tanto en la trama para así enfocarnos en las emociones que la música logra generar.
Nostalgia
Helicon 1 de Mogwai es la primera canción que escuchamos en la película. Se trata de una pieza puramente instrumental que remite a ese sentimiento de nostalgia. Los instrumentos se incorporarn poco a poco, de tal manera que exista un inicio tranquilo, acústico, y luego un estruendo instrumental que termina por remitir a ese sentimiento de nostalgia.
Dentro de la trama, esta canción nos comienza a abrir paso hacia esa sensación de extrañar un pasado en el que todo indicaba que había felicidad, cuando en el presente sólo hay inseguridad por lo que pueda suceder.
Algo similar ocurre con Song to the siren de Tim Buckley. Luego de ver la película, es inevitable pensar en alguien que se fue y que queremos que regrese. Lo que le da el carácter nostálgico a la canción es también la manera en que Tim Bucley canta, un poco arrastrando las palabras y acompañado sólo por una guitarra que se percibe en los momentos en que Tim guarda silencio.
La última canción de esta categoría es Heart of gold de Neil Young. La armónica triste que acompaña la guitarra y la batería crea una melodía suave y nostálgica. La letra está bastante relacionada a la trama, pues habla sobre el paso de los años buscando algo, lo cual se refleja en todos los intentos de Nic por estar sobrio, buscando también el apoyo y el cariño de su familia. Incluso se podría decir que también hay una relación inversa, es decir, de la familia buscando que Nic esté bien para que vuelva a ser el joven que en algún momento conocieron.
Tristeza y puntos de quiebre
Ligada a la nostalgia, viene la tristeza que ya se venía asomando en las tres canciones anteriores. Por la trama, estas dos emociones van a salir a flote constantemente, así que no sorprende que las canciones de este tipo ocupen buena parte del soundtrack.
La primera canción que mencionaremos es Wiseblood de Zola Jesus y Johny Lewel, la cual debería ser el tema principal de película porque retrata de una manera dolorosa lo que vemos con el protagonista una y otra vez durante toda la trama: momentos de reflexión en los que al voltear al pasado salen a la vista errores que llevan a un camino desagradable y que indica el momento de replantear lo que hacemos, lo que queremos y hacia dónde queremos ir.
La melodía está hecha a base de teclados que conservan un tono homogéneo durante buena parte de la canción, resaltando también el sentimiento con el que la cantante va presentando la letra.
Mencionemos ahora una canción cuya letra remite a la nostalgia, pero la melodía, los coros suaves, el violín y la voz sentimental del cantante la convierten automáticamente en una canción capaz de sacar más de una lágrima. Estamos hablando de Sunrise sunset de Perry Como.
La letra, originalmente utilizada para el musical de Broadway, Fiddler on the roof, habla sobre el pasar del tiempo en un buen sentido, es decir, cuando notamos que hemos crecido y que por lo tanto también lo han hecho otros que nos rodean, especialmente los niños. Si contrastamos este bonito uso de la letra, con la trama y el dolor que siente David al ver que su hijo crece rodeado de problemas, le da a la canción un giro muy triste.
La tercera canción para esta sección es Of once and future kings de Pavlov’s Dog, y sí, la letra tiene que ver un poco con temas medievales, casi como si se estuviera describiendo una pelea en aquellas épocas, aunque probablemente tenga otras temáticas detrás. En cuanto a la melodía, es como escuchar un rock medieval, con flautas, violines y pianos, pero también guitarras, baterías y algunos efectos electrónicos. Sólo hay unos breves segundos en los que la canción se entrega por completo al rock y que crea un gran contraste con el resto de la canción.
Algunas partes de la letra hablan sobre pedir perdón por las cosas que se hacen, cosa que Nic hace constantemente con su familia. Así es como la canción termina por crear un sentimiento de tristeza y desolación, tal como se sienten los personajes en la escena donde esta canción se dispone a hacer llorar a quienes la vemos.
Por último, tenemos Simphony No. 3, Op. 36: II. Lento e largo – tranquilissimo interpretada por Dawn Upshaw, London Sinfonietta y David Zinman. Esta es la última canción que se escucha en la película y es bastante larga, pues dura poco más de nueve minutos. Por si las dulces y tristes notas del piano y el violín no fueran suficientes para hacernos sentir mal, la escena que acompaña esta melodía es también bastante triste, pues ver a los personajes tomar caminos dolorosos cerca del final de la película termina por llenar los ojos de lágrimas.
Descontrol e inquietud
Habiendo pasado ya por las canciones más desgarradoras, pasemos a temas no tan tristes. El tema del descontrol y la rebeldía, forman parte también de esta trama. La primera canción de este tipo con la que nos encontramos es Territorial pissings de Nirvana, los gritos de Kurt Cobain en el coro, las guitarras tan características de esta banda de grunge y la batería salvaje, nos remontan inmediatamente a este sentido de descontrol, que se puede ver también en la escena que acompaña.
La segunda canción de este tipo es Bridge de Amon Tobin, una canción que tiene toques de jazz y un poco de blues, y que es instrumental en su totalidad. Al escuchar la canción nos damos cuenta de que hay un cierto desorden en la manera en que los instrumentos son combinados. Esto es lo que hace que en la escena donde se escucha esta canción nos remita a esa sensación de rebeldía.
Muy cercana a esta canción está Goldsboro express de John Coltrane, otra canción de jazz con un ritmo bastante acelerado que se escucha cuando David, intentando descubrir lo que siente su hijo con las drogas, las prueba y comienza a sentir la adrenalina, tal como lo transmite la canción con la trompeta y la batería. La canción termina siendo una gran opción para quedarse despierto, especialmente si se disfruta de la compañía del jazz.
Tranquilidad
Ahora pasemos a la mejor parte de este soundtrack:
Protection de Massive Attack y Tracey Thorn, la cual tiene un ritmo entre el neo-soul y el pop, es una canción bastante agradable de escuchar, tranquila y relajante de principio a fin, tanto en el lado instrumental como por la voz de Tracey Thorn. Debido a esto, su duración de casi ocho minutos, no se siente, pues durante toda la canción existe esa sensación de bienestar.
En la película, esta canción es utilizada cuando vemos a Nic en su habitación escribiendo algo sentado en el piso, y justo para eso se puede utilizar, para estar en calma total, haciendo algo que nos guste.
Sound and visión de David Bowie es otra canción que se une a esta categoría. Definitivamente no es tan tranquila como la anterior, pero escucharla pone de buen humor a cualquiera con esa batería alegre seguida por una guitarra eléctrica pegajosa. La canción es un parteaguas respecto al resto de las canciones mencionadas pues esta de las pocas que sube el ánimo en toda la película.
La siguiente canción es Svefn–g–englar de Sigur Rós, no sólo una de las canciones más tranquilas de todo el soundtrack, sino también la más larga, pues dura diez minutos. Es una melodía muy tranquila que remite a esa sensación de calma, tal como vemos en la película cuando vemos por primera vez al protagonista recuperar su vida luego de un tiempo en rehabilitación. Aunque tenga pasajes un poco tristes o nostálgicos, en su mayoría es una buena canción para pasar un momento de paz.
Y si creíamos que el jazz y el blues no entraban en esta sección, está St. James Infirmary de The Jeggpap New Orleans Band, una canción muy bella, tranquila, con una trompeta y un piano muy pegajoso que invita a disfrutar un poco del aire libre, así como lo hace el protagonista en esta parte de la película.
Amor
A este sentimiento sólo le dedican dos canciones.
La primera es Beautiful boy de John Lennon, la cual por supuesto remite al amor entre padres e hijos, tema central de esta película y que, por si fuera poco, adquiere su título a partir de esta hermosa canción del ex integrante de The Beatles, digna de escucharse en cualquier momento del día, pues juega con la calma y la felicidad, dando como resultado una canción sumamente agradable de oír.
La última canción de la que hablaremos es Nannou 2 de Aphex Twin. Una canción instrumental con un bello piano de fondo. En la película esta canción se utiliza cuando vemos al protagonista con una pareja, y las notas suaves y pausadas del piano conectan bien con ese sentimiento de “romance” que hay en la escena. Fuera de la pantalla, la canción es realmente hermosa, aunque también podría resultar un poco triste.
El soundtrack de esta película termina por ser maravilloso por abordar una diversidad de emociones a partir de canciones de diferentes géneros musicales. A través de esto, se tocan las fibras emocionales tanto de los personajes como del público de una manera muy particular, pues lo que terminamos escuchando es la musicalización de una puesta en escena de un hecho real.
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