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Foto del escritorDaniela Caltzalco

Benjamin Clementine: el peregrinar hacia uno mismo

“No wonder why the road seems so long

Because I had done it all before

And I won”


La primera vez que escuché a Benjamin Clementine no pude evitar pensar un poco en Jack Kerouac, después, cuando conocí la historia de su vida temprana, esa que había dejado atrás con una abandonada Londres a los dieciséis años, me pareció en muchos aspectos más cercano a Arthur Rimbaud. Sin embargo, intentar definir lo que hace Benjamin está bastante lejos de mis posibilidades, en principio porque su música oscila entre la música académica contemporánea, el pop experimental y el vanguardismo. Y, finalmente, porque escucharlo es una experiencia bastante teatral y compleja.


La vida de Benjamin Clementine podría narrarse como la historia de un héroe romántico de principio a fin. Nacido en el seno de una familia de clase media, al lado de una abuela profundamente católica, Clementine lidió con problemas de acoso escolar que lo hicieron forjarse una personalidad difícil que mantenía alejada de los problemas gracias a la lectura y, posteriormente, el aprendizaje autodidacta del piano. Sin embargo, su apego a la música y la poesía fueron mal vistos por su padre, quien le prohibió tajantemente acercarse otra vez a algún instrumento. Como todo buen protagonista inició su travesía impulsado por esta negativa (abandonando los estudios y su hogar en Londres) se trasladó a París para iniciar desde cero.


Después de dejarlo todo, pasó gran parte de su tiempo en la calles sobreviviendo con trabajos esporádicos en bares y cocinas. Resonaban quizá entonces las líneas de “Edmonton” en su cabeza:


“Home is far from here

You see they are from the other side of the horizon

Where a lad stands a slim chance

Even if they knew

They've made all the right choices"


Clementine comenzó a tocar durante el día las canciones que componía durante la noche, rápidamente alcanzó gran popularidad y cierto día fue descubierto por dos productores musicales. En 2013 lanzó su primer EP titulado Cornerstone, en el que se incluye “Cornerstone”, “I won’t complain” y “London”. El orden de cada pista no es al azar, es más bien el duelo por la aparente pérdida del lugar de origen, con la soledad del nuevo entono, la aceptación del cambio y finalmente, la reivindicación no solo de las memorias de Londres sino de sus propias decisiones.


“When I go to bed in the night

I see some children in the light

Fighting unknown shadows

Behind my mother's back

And although I don't understand my dreams

I know somewhere

There is hope, there is hope

Somewhere there is hope”


Apenas un año después saca Glorious You otro EP, este contiene cuatro canciones: “Condolence”, “Adiós”, “Edmonton” y “Mathematics”. Esta vez el viaje es menos desolador, el Benjamin que canta es el que ha salido ganador de sus dificultades pero que de vez en cuando las revisita para evocar el éxtasis de sus revelaciones.


Aunque todas sus presentaciones cuentan con un punto fuerte y pasional, “Condolence” y “Adiós” son definitivamente canciones poderosas.


Durante el año 2016, Benjamin fue embajador de la marca Burberry y durante la pasarela se presentó, como ya era costumbre descalzo y con solo un saco para cubrir la parte superior de su cuerpo. Las versiones de estas canciones presentadas entonces son particularmente conmovedoras, cercanas a los cantos religiosos por su aura de celestial, quizá por el arreglo minimalista —que solo comprende el piano de Benjamin, un violonchelo y una batería—, o por la propia voz del cantautor que improvisando sonidos angelicales logra trasmitir sus epifanías.


Puede que definitivamente me equivocara en pensar en Kerouac o en Rimbaud al escuchar a Clementine, no porque su capacidad de escribir sea menor (ha sido alabado en múltiples ocasiones por sus letras y cuenta con trabajos poéticos) sino porque la vida del cantautor no ha hecho más que mejorar a partir de su descubrimiento.


Ha sacado dos álbumes de estudio en solitario y ha anunciado un proyecto en conjunto con la cantautora Florence Morrissey, con la que también ha formado una familia. Aun si el camino hacia uno mismo se muestra difícil y repleto de dudas es preciso preguntarse:


"After all, why should I regret

If it wasn’t for the mistakes we made yesterday?

Where would we be by now?"


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