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Foto del escritorJohanán Portilla

Born Again: Miedo y experimentación

Después de los problemas que estaban teniendo los integrantes de la banda (en especial entre Tony Iommi y Ozzy Osbourne), hubo un descanso de todos aquellos excesos y peleas que estaban teniendo dentro de la agrupación con el despido de Ozzy por parte de Tony.


Esto, ocurrido en 1979, derivó en la contratación durante un tiempo al cantante Ronnie James Dio (vocalista de Rainbow) en su lugar y teniendo así dos grabaciones más pero ahora sin Ozzy (Heaven & Hell y Mob Rules). Para 1982, nuevamente se quedarían sin vocalista, puesto que Dio saldría de la banda en ese año.


Es aquí, para 1983, donde surgiría el siguiente álbum de la banda pero ahora contando con la voz de Ian Gillan (vocalista también de la banda Deep Purple).


El 7 de agosto de ese mismo año, nace el onceavo álbum de estudio de la banda titulado Born Again, producido por Robin Black y distribuido por Vertigo para Europa y Warner Bros para América.


Fue duramente criticado en un principio, puesto que la banda estaba pasando por varios cambios muy bruscos, como el hecho de tener estos tres vocalistas en tan poco tiempo, además de que siempre había gente que renegaba de Dio o de Gillan por el simple hecho de no ser Ozzy.


Por otro lado, sí fue un éxito comercial, sobre todo en Reino Unido donde fue muy aclamado por la nueva estética que se le estaba dando a Sabbath (combinando experimentación con el metal ya clásico que conocemos de ellos) y, hasta cierto punto, tomando ciertas características del mismo Deep Purple que sumaron mucho en la creación del álbum.


Cuenta con un total de nueve canciones que son:

  1. Trashed

  2. Stonehenge (instrumental experimental)

  3. Distrurbing the Priest

  4. The Dark (instrumental experimental)

  5. Zero the Hero

  6. Digital Bitch

  7. Born Again

  8. Hot Line

  9. Keep It Warm


Hubo bastantes problemas durante el rodaje del álbum, puesto que, desde el principio, Ian Gillan no quería participar en Sabbath debido a la imagen y reputación tan oscura que tenía la banda. Además de esto, Bill Ward mantenía problemas de alcoholismo durante la época del rodaje del álbum, aunque afirman que en grabaciones se mantenía sobrio.


También alegaban que Geezer Butler (bajista de Sabbath) había metido mano en la mezcla, por lo que no sonaba como querían; inclusive opinaban que el diseño del álbum en sí (portada, contraportada y el contenido dentro) era muy malo y de mala calidad.


En un principio tampoco querían que saliera bajo el nombre de Black Sabbath sino como una colaboración Gillan/Iommi/Butler, pero la disquera se negó y así fue como salió bajo el nombre de la banda completa.


Retomando un poco el tema del diseño artístico del álbum, muchas veces se habla de que es una de las portadas más feas de la historia de la música, puesto que se nota que el artista que lo hizo, Steve Joule, la completó en no más de 10 minutos. Joule ya había hecho más portadas para Ozzy Osbourne en su proyecto solista, entonces temía que el hecho de trabajar con Sabbath arruinara los trabajos que estaba teniendo con Ozzy. Se dice que les mandó varios bocetos mal hechos a la banda para que lo rechazaran a propósito, pero a Iommi y Butler les gustó la estética de Joule y finalmente salió la ya tan conocida portada del bebé demonio. Incluso se cuenta que Gillan tiró la caja con veinte copias del álbum nomás por haber visto la portada.



Pero, a pesar de todo eso, Born Again logró ser un buen álbum por su música, porque la experimentación de ambos estilos combinados salió muy bien y sonó bastante fresco para la época. Gillan se mantuvo en su postura de no formar parte de Sabbath, por lo que fue el único material que grabó con ellos.


Para la gira promocional Bill Ward finalmente salió de la banda y tocaron con el baterista de Electric Light Orchestra: Bev Bevan.


La estética del álbum es oscura, con canciones atemorizantes como Disturbing the Priest o Stonehenge. Como recomendación para entender el álbum y su dirección está la canción homónima Born Again, Digital Bitch o Trashed.


Sin duda es un álbum que se disfruta, no hostiga debido a que tiene una variedad bastante para el género que se maneja, además de descubrir los matices característicos de cada proyecto involucrado como la psicodelia que Iommi, como el estilo de rock que manejan Gillan con Purple y Butler con Sababath.




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