En 2018 la banda inglesa de Indie Pop, Far Caspian, lanzó su EP debut titulado Between Days. Este corto álbum se compone de 5 canciones y dura poco menos de veinte minutos, tiempo suficiente para relajarse con el ritmo calmado y las suaves voces de la banda.
¿Quién no ha tenido un día cansado o ajetreado, de esos en lo que se necesita un respiro para poder seguir? El disco es una bocanada de aire fresco, ideal para esos momentos en los que las tareas diarias resultan abrumadoras, es un espacio de menos de veinte minutos para tomar ese respiro y al mismo contagiar una buena vibra. Esto es posible gracias a que las canciones suenan alegres y, al mismo tiempo, melancólicas, especialmente si se pone atención a la letra.
Una característica común en todo el disco es el ritmo de la guitarra y de la batería, ya que estos son los que marcan el nivel de alegría o de melancolía de la canción, el juego de ritmos entre estos dos instrumentos da resultados muy relajantes como el caso de The place, tercera canción del álbum, o de Between days, que es con la que empieza. Estas dos canciones son ideales para esos momentos de paz, de tranquilidad.
En la primera, tanto la batería como la guitarra marcan un paso lento pero rítmico, de tal manera que la canción no suene triste; en la segunda, la batería pasa casi desapercibida en ocasiones dando preferencia a la guitarra o a la voz del vocalista.
Un caso parecido a estos dos es la última canción, Finding my way home, sólo que aquí se presenta una leve variación y es que por momentos la canción parece ser alegre, pero la manera en la que empieza se inclina más por transmitir tristeza, especialmente por el uso de guitarra acústica y la ausencia de la batería.
Por si fuera poco, la canción habla sobre la nostalgia de mirar hacia atrás para ver los cambios que se dieron con el paso del tiempo, especialmente en nuestra manera de ser, de pensar, pero también en las cosas materiales que nos remiten (o remitían) a un recuerdo sentimental. A pesar de esto, resulta bastante agradable de escuchar y tiene ese equilibrio entre lo nostálgico y lo alegre.
Por último, las dos canciones faltantes, Blue y Let’s go outside, tienden más a ese ritmo extrañamente alegre a pesar de su aparente calma. Son de esas canciones que si se pusieran en una película donde se muestra el crecimiento personal del protagonista, irían en la parte del gran cambio. Otra característica de estas dos canciones es que la letra puede tener más de un interpretación, a diferencia de las anteriores donde el tema es más claro.
Es así como tenemos que en Blue, el ritmo rápido de la batería y la lentitud y dulzura de la guitarra son las que enmarcan esta canción que por momentos parece hablar de los recuerdos sobre un amor pasado, o de una relación a larga distancia.
Por otro lado, Let’s go outside, sigue con estas características, pero esta vez la guitarra no va tan lento, sino que apura un poco el ritmo y en ocasiones se detiene o va más despacio, igual que la batería, para dar protagonismo a la voz del vocalista. En esta ocasión, la letra habla sobre experimentar en la vida para descubrir su sentido, aunque también podría referirse a aclarar una situación sentimental con alguien más.
Un detalle final sobre este disco es que la voz no busca sobreponerse a los instrumentos, sino que trata de ponerse casi al mismo nivel. Además, hay un efecto curioso pues pareciera que la instrumentación está grabada en un lugar y la voz en otro, dando así como resultado una voz suave con un leve eco que la acompaña.
En resumen, el disco se puede escuchar en esos momentos de pausa, o puede ser también una buena opción para iniciar el día con un buen humor y tranquilidad.
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