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El universo de El Conjuro: Anabelle y la música del pasado

Al inicio de la película El conjuro (2013), de James Wan, hay una escena en la que se habla de la muñeca Anabelle, conocida por muchos debido a su fama de ser una de las muñecas poseídas más famosas del mundo. Su aparición dentro de la cinta desató toda clase de reacciones y en 2014 se estrenó Anabelle, una película que intentó abordar parte del origen de la siniestra muñeca, historia que fue complementada más tarde por Anabelle 2: La creación (2017) y Anabelle 3: Vuelve a casa (2019).


A lo largo de esta trilogía se pueden encontrar varias canciones que quizá no crearon un ambiente de suspenso y terror, pero es casi seguro que al escucharlas pasará la imagen de Anabelle por tu cabeza:


La película que dio pie a la trilogía de Anabelle, no dio mucho de qué hablar en cuanto se refiere a la música, pues más allá de las siniestras composiciones de Joseph Bishara, sólo se puede escuchar Cherish de The Association, durante una corta escena. Si bien la canción busca crear un ambiente de romance frustrado, también marca un momento de tensión para la protagonista de la historia, lo cual deja en segundo plano el tema romántico que aborda la letra.



Para la segunda parte de esta trilogía, se utilizaron dos canciones. La primera de ellas es una versión de You are my sunshine la cual es interpretada por Charles McDonald. A pesar de sus toques vintage, esta versión es del 2017 y fue creada especialmente para la película, dentro de la cual adquiere toques de ternura al comienzo, especialmente en lo referente al amor materno, pero después se convierte en un tema que anuncia la presencia de algo siniestro.



La segunda canción que se escucha en esta secuela es Buzz Buzz Buzz de The Hollywood Flames. Esta canción de finales de los 50’s le da a la película un toque de alegría, la cual por supuesto queda opacada cuando comienzan a ocurrir fenómenos sobrenaturales. Además, la letra de la canción hace un pequeño guiño al apodo de uno de los personajes de la historia, lo cual hace que la canción encaje muy bien no sólo en ritmo sino también en contenido.



Puede que las dos películas anteriores se hayan mostrado un poco tímidas al momento de abordar el tema musical, pero este detalle fue arreglado brillantemente para la tercera entrega.


Para empezar, tenemos Band of gold de Freda Payne, una canción de 1970 que detrás de su ritmo pegajoso y alegre, guarda una letra del dolor que se siente a partir de una ruptura amorosa. Con esta canción se tiene una idea del tono que tendrá la selección musical de la película, pues si bien también cuenta con composiciones que remarcan el suspenso, el resto de las canciones seleccionadas son las que se encargan de crear un buen ambiente de época para la historia.



La segunda canción, que comienza a conectar con el terror de la cinta, es These eyes de The Guess Who. Esta canción de 1969, no sólo tiene una letra romántica acompañada por un ritmo que mezcla el rock y el pop, sino que también oculta una terrible relación con la escena en la que aparece ya que no ha de ser una experiencia agradable escuchar una canción que habla sobre miradas románticas mientras que espíritus malignos te observan fijamente.



La cosa se vuelve a calmar cuando escuchamos Day after day de Badfinger, una canción de 1971 que habla sobre el romance y el apoyo que hay dentro de una pareja, y que crea un ambiente relajante dentro de la película, especialmente por su melodía suave que acompaña un momento divertido entre amigas.



Badfinger aparece nuevamente, esta vez con Baby blue, del mismo año y del mismo disco (Straight up) que la anterior. A pesar de que la aparición de esa canción es demasiado corta, pues sólo se alcanza a escuchar la parte instrumental introductoria, sigue con la línea de la diversión y la alegría, lo cual se interrumpe cuando el disco comienza a reproducirse por sí solo asustando a una de las protagonistas.



Antes de pasar a la canción final, es importante mencionar la aparición a capella de Everything I own del grupo Bread, una canción romántica de principio a fin que habla del amor incondicional y de todo lo que uno está dispuesto a hacer por la otra persona. La canción es interpretada por uno de los personajes de la trama, por lo que la canción no se escucha como tal.



Para finalizar con esta lista musical, tenemos la canción de los créditos finales, Dancing in the moonlight de King Harvest. Con su melodía contagiosa y que invita a bailar y sonreír, la canción ofrece un cierre que contrarresta el suspenso experimentado durante la película.



Si bien esta selección de canciones no es terrorífica, seguramente más de una canción te hará pensar en Anabelle cuando la escuches.


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