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"Grace" de Jeff Buckley o el legado de una llama que murió joven

Esta es una de las pocas ocasiones en las que me voy a permitir ser explícita en mi experiencia con un artista. Conocí a Jeff Buckley a los 16 años y sin saber que estaba frente a una leyenda, lo dejé entrar. En mi cabeza de adolescente, él combinaba muy bien las letras y un rock no tan pesado, sólo lo suficiente para sonar cool.


Siendo fangirl de nacimiento, abracé todo lo que encontraba de él, guardaba los artículos y reseñas que encontraba, llevé su apellido en mi playera de generación, defendí su versión de “Hallelujah” de Leonard Cohen aún por encima de la del mismísimo Leonard (en mi defensa, leí por algún lado que el mismo Cohen opinaba lo mismo). Y fue mucho después, cuando vi un documental sobre su vida, que me di cuenta que Jeff es el epítome de la leyenda que murió joven.


Jeff Buckley es la voz de una generación perdida. Nacido en Anaheim, California en noviembre de 1966, fue hijo del cantante Tim Buckley, figura ausente en su vida, y Mary Guibert. Creció alejado de la figura de su papá pero con gran amor por la música y composición.


En 1994 lazó su primer álbum de estudio titulado “Grace”, compuesto por 9 canciones, es considerado uno de los mejores álbumes del siglo XX y ha inspirado a grandes figuras de la música contemporánea, desde Bowie hasta Bellamy.



“Grace” fue el único álbum de estudio de Buckley, quien sólo había publicado un par de EP's antes, y dejó algunos bocetos que fueron reunidos después de su muerte bajo el título “Sketches for My Sweetheart the Drunk“, además de las grabaciones de algunas presentaciones y grabaciones aleatorias.



La canción con la que abre “Grace” es “Mojo Pin”, nombre peculiar que comienza desde el primer momento a hacer notar la voz de Buckley, jugando con tonalidades. Es una canción que se lleva con la voz, con una guitarra y percusiones jugando muy bien en el fondo, y retrata la necesidad de estar de nuevo con una persona desde una perspectiva casi tortuosa, y digo casi porque él muy bien lo dice, esta a punto de llegar a ese nivel de necesidad pero no quiere.


El álbum continúa con la canción que da el nombre al álbum, “Grace”, la cual podría ser una excelente carta de presentación para quien prueba a Buckley por primera vez. Comenzando con un gran juego de cuerdas, entra preciso y directo. Es una especie de despedida, un gran afronte al destino. Una maravillosa canción de más de 5 minutos de duración que juega perfecto el camino de la voz y la música.



“Last Goodbye”, tiene uno de mis intros favoritos, con un bajo que va creciendo poco a poco, e introduce rápidamente las cuerdas de la guitarra y la percusión, es la tercera canción de este álbum, retrata una inminente despedida. Tajante y despiadada, pero al mismo tiempo tierna, es un contraste que se maneja muy bien.


El álbum avanza y llega “Lilac Wine”, lo más parecido a una balada que puede encontrarse en este álbum, escrita por James Shelton, es una de las canciones que no fue escrita por Jeff pero es su voz la que la lleva a la vida. Es una canción de evocación y recuerdo, ”El vino me recuerda a ella”, dice.



El álbum continúa y desde la primera vez que lo escuché, aterricé a “So Real” como una de las canciones emblemáticas de este álbum. Ya sea por las guitarras del intro, por la maravillosa manera en la que la voz de Jeff Buckley juega en toda la canción, por su manera de decir “THAT WAS SO REAL” o es simplemente la fuerza misma de la canción la que asegura que es algo grande.


La sexta canción del álbum es “Hallelujah”, la anteriormente mencionada canción de Cohen, de la que Buckley hizo una versión envidiable. Es una de las más conocidas y no es por fanatismo (o tal vez sí) pero la canción parece hecha a mano, bordada especialmente para Jeff, tiene un arreglo hermoso.



Y siguiendo la joya que es “Hallelujah”, llega lo que yo considero una de las grandes joyas de la corona que es este álbum, “Lover, you should’ve come over”. Una poderosa y canción, que tiene un inicio singular. La canción es triste, melancólica, una oda a las relaciones fallidas, al anhelo, al hubiera y al “todavía hay tiempo”. Fue la primera canción de Jeff Buckley que escuché y definitivamente guarda un lugar especial en mi. Cuántas veces no he cantado “She is the tear that hangs inside my soul forever” como si de vida se tratara.



“Corpus Christi Carol” es una corta canción, tranquila, sencilla y poderosa, en la que Buckley descarga su poder vocal, escrita por Benjamin Britten es una maravilla para apreciar lo que Jeff podía hacer con su voz.


La octava canción del álbum es “Eternal Life” y es una maravilla, la intro crece, la voz de Jeff se siente más ligera, yo la considero la canción más divertida del álbum pero en realidad es ácida, rebelde y contestataria.


“Dream Brother” es una de mis canciones favoritas personales. Es conocido que Jeff tuvo un padre ausente, creció al lado de su madre, además de que su padre murió joven. La historia cuenta que esta canción fue escrita por Jeff después de enterarse que uno de sus mejores amigos pretendía abandonar a su esposa e hijos, por otra relación.


Don't be like the one who left behind his name, 'Cause they're waiting for you like I waited for mine and nobody ever came”. No se sabe qué sucedió con el amigo y su familia pero tenemos esta joya de canción, desgarradora y hermosa para quien sepa escucharla.



El álbum cierra de manera espectacular con “Forget Her”, una canción que es de mis favoritas. Con un comienzo lento y desgarrador, es el canto hacia alguien que debes olvidar, un amor fallido que sabías que iba a doler desde el principio y sabes que debes olvidar y seguir adelante, pero simplemente no puedes olvidar. Quedaste congelado en el tiempo. Tiene mi puente favorito en todo el álbum, un grito de desesperación.


Definitivamente Jeff Buckley es una de las últimas maravillas que nos dio el siglo XX y “Grace” es la prueba de ello. No feliz con lo majestuoso que es el álbum, en cada presentación en vivo, Jeff jugaba, gustaba de improvisar con voz y guitarra de una manera asombrosa.



El pasado 17 de noviembre fue cumpleaños de Jeff y como siempre, como en todo, no hay mejor forma de festejar su vida que escucharlo, dejar que nos acompañe en el día y en penas.


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