Cyrielle Formaz es una artista suiza de lengua francesa cuyo proyecto musical se denomina Meimuna. Dicho nombre está inspirado en una especie de cigarra, pues para Formaz este insecto tiene una gran carga simbólica. Representa la metamorfosis, la inmortalidad y el renacimiento, conceptos que Cyrielle intenta transmitir a través de su música.
Meimuna es un proyecto bastante reciente, sólo cuenta con dos EP’s llamados Amour (2019) y Courage (2021), además de un par de sencillos. Sin embargo, esto le ha sido suficiente para ganarse un lugar dentro del mundo francófono y poco a poco ir abriéndose paso a un público más internacional.
A través de sus canciones, Meimuna intenta llevarnos a su propio mundo. Nos abre su mente para guiarnos a un universo mucho más frágil y transparente. Su música es un viaje constante que oscila entre la música folclórica y el pop “etéreo” -como ella lo llama-. La tranquilidad de su voz y la suavidad de sus melodías nos permiten acceder a nuestra propia intimidad a través de la melancolía.
Esta combinación de fragilidad o delicadeza en su música y el simbolismo que guardan las mismas letras, nos permiten apreciar a la música de una manera diferente. Para mí, escuchar a Meimuna es un abrazo al corazón, pues me llena de paz y tranquilidad, así como me pone en un estado mucho más reflexivo.
La canción La tristesse du diable que podemos encontrar en el sencillo homónimo engloba muy bien todo el concepto de Meimuna. Aquí, la cantante nos cuenta la historia de Satanás y cómo su sentir ha sido ignorado por el mundo y es por ello que está condenado a vivir en una eterna tristeza.
En tan sólo 3:36 minutos, Meimuna nos sitúa en una atmósfera casi celestial en donde la sutileza de su voz va de la mano con la ligereza de la música. Nos pone frente al dolor que siente Satanás frente al rechazo universal, dando un giro a su emblemática figura, pues ya no es un personaje que imponga, sino que lo conocemos desde su vulnerabilidad.
Todos estos elementos son los que me llevan a recomendar la música de Meimuna. Estoy convencida de que su propuesta musical es bastante prometedora, pues a través de sus canciones ha logrado demostrar una gran sensibilidad convirtiendo lo frágil y lo delicado en su mejor arma para poder crear mundos etéreos a través de la música.