La época en la que se identificaba a un músico por el género al que pertenecía empieza a quedar cada vez más en el pasado. Recientemente, las cosas tienden a expandirse y los nuevos artistas simplemente parecen querer transitar los ritmos y melodías que les vengan en gana, quizá por el peso que le han conferido las plataformas digitales a conocer al músico como persona, apreciando mucho más su flexibilidad, en lugar de solo acercarse a él por medio de un estilo que lo caracterice ante nuestros ojos.
Hablando de la importancia de las plataformas digitales para los nuevos músicos, el caso de Omar Apollo no es la excepción pues gracias a estas han llegado a su vida acontecimientos de impacto para su carrera como la oportunidad de tantear las aguas en Soundcloud, su despegue en Spotify y, en última instancia, el contacto con Albert Hammond Jr. con quien ha establecido una gran relación personal y laboral, siendo el miembro de The Strokes parte importante de la producción en el primer álbum de Omar, Apolonio.
Si bien desde sus primeros sencillos y EPs ha estado principalmente relacionado con el R&B y el Neo-soul, Apollo ha demostrado que es capaz de incursionar en géneros tan distintos a estos como el trap y el funk. Circulando por entornos diversos ha encontrado la oportunidad de colaborar con músicos igual de variados, encontrando en su lista a: Still Woozy, Kenny Beats, Dominic Fike, Joji, Ruel, Kali Uchis, C. Tangana y Daniel Caesar.
Omar Apollo es precisamente un músico perteneciente a la nueva camada que ha decidido dejar fluir las cosas, no solo en lo referente a la música, sino en su vida. El cantautor de veinticinco años es oriundo de Indiana, pero al ser hijo de padres mexicanos se encuentra muy influenciado por el idioma, siendo capaz de incorporar letras y pistas en español a sus producciones predominantemente en inglés. De la misma manera en la que es capaz de mantener el sonido sensual y sugerente del R&B en sus canciones de otros géneros como algo completamente natural, sus transiciones entre el español y el inglés se hacen sin mayor problema remarcando la comodidad que siente con ambos idiomas.
Dejando las cosas fluir y explorando los lugares con los que se siente bien ha logrado darle matices diversos tanto a su carrera como a su vida; esta filosofía le ha permitido disfrutar de la música, del baile, de la ropa, de la sexualidad y aprovechar el amplio rango de su voz compensando el hecho de no tener un tono particularmente distintivo, aspecto para nada negativo pues son precisamente voces como la suya las que son de agrado cuasi general.
Omar Apollo no sabe de límites porque nunca le han interesado; conoce, aprende y se enriquece de lo que sea que le fascine, concilia sus intereses con sus talentos porque sabe que no es cuestión de encontrar el camino sino de ir armando uno propio.
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