Conocemos la historia detrás de géneros musicales como el blues o el jazz, también sabemos del inhumano periodo racista que vivieron desde el siglo XVII, pero ¿qué hay de aquella brecha de tiempo y evolución que se dio entre la consumación del género blues con el origen de otros nuevos?
Precisamente, nos centraremos en el nacimiento del góspel como “hijo” del blues y el jazz, pero también como la nueva forma de liberación racial.
Nos remontamos hasta la época donde la segregación racial estaba por todos lados, y se notaba más en ciudades como Chicago. La evolución musical de la comunidad negra había sufrido cambios importantes, ligados a estructuras más definidas como la progresión de grados clásicos del blues o la creación de géneros bien establecidos como lo es el bebop.
En ese entonces (hablando aproximadamente del año 1930), los géneros considerados “negros” estaban muy comercializados, como con el éxito de Blind Lemon Jefferson, quien fue pionero en la técnica del acompañamiento y dirección en el blues.
Todo giraba alrededor de los dos géneros (blues y jazz), porque es lo que vinieron conociendo desde el siglo XVII (donde los obligaban a cantar y bailar en los campos de algodón para entretener a los blancos). La evolución de lo mismo vino hasta la época de la gran migración, donde los negros buscaban un empleo en donde pudieran cantar y tocar.
Tomando en cuenta su asentamiento en distintos estados, comenzamos a ver que en Chicago se daba muchísimo más desarrollo musical, considerándolo así (y hasta la fecha) uno de los estados con mayor aportación cultural y musical.
A partir de aquí, es donde nace el góspel, tomando en cuenta que la religión también ya había alcanzado a los negros (hay registros de que en 1641 se bautizó el primer negro como cristiano), y con esto y como parte de la segregación que vivían, también tenían sus propias iglesias.
Derivado del jazz y el blues que prácticamente era todo lo que conocían, se tocaban canciones religiosas de avivamiento, pero con la misma estructura de un blues acercándose al bebop. Acompañando con palmas y cantando los coros a unísono, es donde nace el género religioso de los negros llamado góspel.
Al ver que el género se estaba volviendo tan popular, se empezó también a comercializar, teniendo como ejemplo a la exponente más importante del góspel Mahalia Jackson, quien en 1945 vendió más de un millón de ejemplares de su álbum ‘Move On Up A Little Higher’.
Después de este movimiento y de ver el éxito del góspel comercializado tanto en el mundo negro como el blanco, se comenzó a secularizar, dando como resultado el soul.
Aquí conocemos, por ejemplo, a Aretha Franklin (quien prefería cantar dentro de iglesias con un público negro antes que en shows para blancos) o también, artistas que fueron al revés y comenzaron en el góspel y cambiaron de género a sus raíces como el jazz como Sarah Vaughan.
El góspel es un género en el que se definió el camino que iba a tener el futuro musical de la raza segregada. Es uno de los pasos más importantes en la historia no solamente a nivel musical sino a nivel social también. Con esto, principalmente, el mundo blanco comenzó a ver de qué eran capaces aquellos que usaban la música como protesta, como refugio, como gozo y también como su vida. El resto, se puede ver incluso hoy en día, en donde hasta la fecha nos seguimos dando cuenta de cuánto talento y cuán grande es la música de aquellos que algún día fueron apartados y hechos menos.