Sabor, ritmo y energía son los elementos que han vuelto únicos el tropigroove de Boca Paila, banda de CDMX que recientemente visitó a Puebla. Hace unos días pudimos tener una entrevista con su vocalista y compositora Moe.
¿Cómo se encuentran, emocionados por venir a Puebla?
Sí estamos super emocionados, es la segunda vez que vamos, la primera fue hace un par de meses, pero fuimos a Cholula así que esta es la primera vez que vamos a Puebla ciudad.
Aquella fue una experiencia muy muy chida, justo porque era nuestra primera vez llegó mucha gente que tenía rato esperando vernos en vivo. Estuvo muy divertido porque ya habíamos interactuado con ellos a través de redes sociales, pero nunca se había logrado conocernos en persona, lo cual fue muy padre pues pudimos ponerle cara a quienes llevaban tiempo siguiendo el proyecto, así como cantar y convivir.
Su música es una mezcla interesante de varios ritmos como jazz, funk, pop que desde los primeros acordes te pone a bailar ¿Qué los lleva y cómo se inspiran para crear el tropigroove?
Pues nuestra filosofía desde que se fundó la banda es que todos teníamos todos la idea en común de hacer un proyecto que sacara a la gente de su rutina, te transportara a otros mundos un poco porque el nombre es Boca Paila, que es una playa, lo cual te evoca este mood de lo latino, de estar tomando un agua de coco.
Creemos que ya hay mucha música de amor y desamor, por eso tratamos de hablar de otros temas que tal vez sí se relacionan, no necesariamente con el amor romántico y eso nos llena mucho: el aportar a la industria de la música cosas diferentes que no se estén haciendo o posibilidades que no se estén explorando.
Supongo que eso está relacionado con el nombre de la banda, ¿qué los lleva a elegir el nombre del paradisiaco lugar?
Justo Dominique y yo, que fuimos los que iniciamos el proyecto, somos de Cancún. Boca Paila para la gente que no ha tenido la oportunidad o no conozca es una playa que está en la reserva de San Ka'an en Tulum, un lugar muy virgen y protegido, en donde se junta el mar con la laguna, creando una alberca gigante.
La realidad es que cuando le pusimos el nombre al proyecto ninguno había ido a Boca Paila, pero ya sabes cuando empiezas una banda muchas veces no sabes que nombre ponerle y tiran ideas al aire pero ninguna te convence; pero un día soñé que se llamaba así, sé que suena super hippie y a veces me da pena contarlo pero así fue: recuerdo que desperté y le llamé dije “¿Qué piensas de Boca Paila?” a lo que solo me preguntó si se escribía junto o separado.
¿Y posteriormente han tenido alguna oportunidad de ir a Boca Paila?
Sí, como un año después de iniciado el proyecto Eduardo (bajista), Dominique (guitarrista) y yo tuvimos la oportunidad de ir, y hemos ido dos veces, es un lugar increíble al que si tienen la oportunidad de ir deben conocerlo.
¿Estos viajes fueron en plan vacaciones, les gustaría ir a tocar allá?
Yo creo que sería un poco complicado, pues se trata de una reserva natural, de hecho si tú lo buscas en internet te sale que su población es de 9 personas, entonces es un lugar difícil para tocar, pero ya hemos tocado en Tulum y en marzo vamos a estar en Holbox que es una isla que está muy cerquita.
Un punto interesante es la multiculturalidad de sus integrantes, contando con miembros de Bolivia, Guatemala y México ¿Cómo se da este encuentro y cómo influencia en su música/proceso creativo?
Definitivamente hay una influencia indirecta, pues todo lo que consumes mientras vas creciendo te va formando como persona. Dentro de la banda tenemos miembros de Bolivia, Guatemala, Cancún, CDMX y Puebla, entonces sí traemos backgrounds similares, creo que los latinos en general tenemos este amor por la música.
Sin embargo, traemos gustos muy diferentes: a Edu y Dominique les encanta el punk, por lo que de pronto puedes notar ciertas decisiones o partes en algunas canciones son más rockeronas. A mí me gusta mucho el bossa nova, a Javier el jazz y rock psicodélico, ahí cada quien tiene sus mezclas en cuanto a gustos, manera de escribir y ver la vida.
¿Cómo se da este encuentro entre ustedes?
Dominique y yo de Cancún, nosotros éramos novios cuando comenzó el proyecto, yo me vine a la CDMX, él ya vivía aquí, pero el cambio de vida fue súper drástico al pasar de Cancún que es tan calmado, yo soy arquitecta por lo que llegué a trabajar de ello pero el ritmo de vida es súper pesado yo no lo resistía y ya me quería regresar, pero Dominique me dijo “oye pero a ti te gusta mucho cantar ¿por qué no intentas hacerlo para desestresarte?”.
Así comenzó el proyecto, al principio hacíamos covers de hobby y los subíamos a youtube; la cosa se puso seria cuando descubrí que podía hacer canciones, empezamos a componer, por lo que al momento en que dejas de hacer covers y haces algo tuyo adquieres cierta responsabilidad.
Para nosotros armar una banda fue un paso a ponerle más amor a lo que estábamos haciendo; se descontroló un poquito, ahora somos una banda de seis integrantes (un poquito grande) pero tenemos la fortuna de llevarnos muy bien, lo cual es algo de lo cual siempre me considero muy agradecida, de tener una familia musical de seis personas con las que me entiendo, hay buena química, comparten valores, filosofía, al final termina siendo una familia.
Tocas un punto importante: muchas personas como tú comienzan haciendo música por hobby, hacer unos covers para desestresarse pero en un punto toman la iniciativa de hacer su propia música ¿Cuál fue la chispa que te llevó a tomar esa decisión?
Híjole, pues yo creo que de inicio fue esta crisis existencial que estaba atravesando de cambiar tu vida, imagínate yo tenía 22 años cuando me vine a vivir a la CDMX, era la primera vez que vivía fuera de mi casa, no tenía familia ni amigos aquí; imagínate este monstruo de ciudad y tú viniendo de tu casa en donde todo te hacen y cuidan, fue muy duro pero me hizo reflexionar sobre la muerte, pensaba “si me muero aquí, ¿quién me va a ayudar?”.
El reflexionar sobre la vida en general, pues creo pensar sobre la vida y la muerte van de la mano, el tener todos esos pensamientos y emociones me obligaba a externarlos de alguna forma. Primero solo escribía, yo nunca he tenido estudios sobre música, no sabía como se hacía una canción, al principio solo era escribir mis sentimientos, me pasó lo que a muchos artistas les pasa que sientes que alguien te está dictando la canción, así fue mi primera vez yo sentía que alguien me estaba dictando la canción como si ya existiera, eso me desbloqueó esta habilidad de darme cuenta que todo lo que escribo puede transformarse en música.
Y en 2022 tuvimos “Lo que llaman bueno” cuéntenos un poco sobre su inspiración para este disco, el proceso y hasta donde los llevó, hasta donde se descontroló.
Es hasta ahora nuestro primer disco, salió el año pasado y fue un proceso bien largo porque como fue en pandemia tuvimos que aprender a componer a la distancia, entonces eran ejercicios en done yo hacía una letra con una melodía y se la iba pasando a cada quien para que le agregara su instrumento, por lo nos llevó mucho tiempo, los dos años de pandemia más bien de encierro y yo creo que eso nos influyó distinto en lo que estábamos viviendo todos, de nuestras emociones y no hablar de lo mismo, en vez de irnos a lo negativo irnos a lo positivo de bailar, de compartir y yo creo que “Lo que llaman bueno” es el reflejo de ese anhelo.
Hace poco tuvimos su último material “Lo que llaman bueno (remixes)” el cual muestra un estilo un tanto diferente pero bastante innovador y atrapante ¿Qué los llevó a este cambio y cómo fue el proceso para realizarlo?
Este fue como más accidental, fueron remixes que nos hicieron amigos que son DJ’s y productores que escucharon el álbum y les nació el querer hacer y reinterpretar su propia versión de lo que tú estás diciendo, a su manera de vivirlo. Creo que por eso suena tan diferente, por eso se me hace tan interesante como la misma canción puede sonar tan diferente y llegar a ser una nueva canción.
Eso me lleva al siguiente punto, estuvieron bastante activos el año pasado respecto a shows en vivo ¿cuáles fueron sus favoritos?
Todos los shows tienen algo muy especial, para nosotros fue super emocionante poder tocar, pues como te decía veníamos de este encierro y por fin sacamos el disco y pudimos compartir, entonces cada show le metes todo, pues es una oportunidad única para impactar la vida de alguien, por eso tratamos de hacerlo de manera positiva. Así es nuestra filosofía, tú no sabes de que manera viene una persona y cómo puedes cambiarle el día con lo que más amas hacer, música.
Cada show es diferente porque al final son grupos de personas, tú como artista lo puedes sentir como algo general, dices “voy a tocar a Puebla” y lo ves así como Puebla, pero cada persona que estuvo en ese show influyó en que fuera de esa forma y aunque tú estés cantando las mismas canciones la energía de la gente hace que sí cambie.
"Cada show es una oportunidad única para impactar la vida de alguien, tú no sabes cómo cómo puedes cambiarle el día con lo que más amas hacer, música".
Todos los shows han sido muy divertidos y especiales, pero sin duda uno de los más especiales fue el Indie Rocks que tuvimos en Ciudad de México, pues fue nuestro concierto más grande hasta ahora y completamente nuestro; fueron casi 600 personas y como artista independiente lograr eso a los pocos meses de haber sacado tu primer álbum fue una sorpresa que no nos imaginábamos ni en sueños que fuera a llegar tanta gente, pues dos semanas antes del evento íbamos súper bajos de boletos, pon tú que habíamos vendido unos 50 para un foro con una capacidad de 600 personas.
Debido a ello estábamos super nerviosos y pensábamos en cancelarlo y posponer la fecha, pero hubo una corazonada, ahí es mucho de seguir lo que tu intuición te dice, por lo que dijimos “sí 50 boletos pero esto ya estaba planeado y hay que darle, pues son personas que ya compraron su boleto”. Para nuestra sorpresa una semana antes, incluso días y el mismo día se vendieron bien los boletos llegando a ser casi un sold out, lo cual fue algo muy bonito.
Personalmente uno de mis shows fue en Querétaro en donde me divertí mucho pues la gente estaba muy prendida, particularmente su energía era bastante fuerte, lo cual hizo que me soltara más de lo que suelo hacerlo.
Se sabe que las experiencias más allá del escenario son parte esencial del tour ¿Pasaron alguna anécdota curiosa o divertida que recuerden?
En otro show en Querétaro, no el que te platiqué, había un chico que estaba borracho y particularmente traía la idea que nuestra camioneta era como una combi de transporte y el a fuerza se quería subir diciendo que él también iba a San Luis Potosí, aunque nosotros no íbamos para allá, pero fue un problema poderlo bajar, aunque fue muy gracioso.
En general fue muy tranquilo, pero sí el año pasado fue una locura la cantidad de shows, la vida del rock está padrísima, pero está pesada.
En esta parte ¿Cómo te has sentido con la cuestión de viajar, visitar varios estados, cómo ha sido para ti el pasar de combinar tu vida personal/laboral con esta vida de rockstar?
Es muy chistoso, porque inclusive me ha pasado, yo me dedicó a hacer arte para filmaciones (escenografías y decoración), de pronto estoy en este rol como directora de arte y mientras trabajo de repente estoy platicando con la gente y les digo que también soy músico, tengo una banda y es chistoso cuando conocen el proyecto pues de repente me preguntan “¿Tú eres la cantante de Boca Paila?” Es chistoso como estás en tu vida cotidiana y a veces la gente te empieza a tratar diferente.
Es muy raro y difícil poder malabarear la vida de artista con la vida cotidiana, sobre todo en cuestión de tiempo pues la música es super demandante y cómo a nosotros nos apasiona hacer eso es difícil poder tomar decisiones diciendo “ahorita hay tiempo para la música, ahorita no”, el poder balancearlo es difícil.
Si ya es difícil el combinar la vida artística y cotidiana, cuéntame un poco ¿Cómo han hecho para poder hacerlo funcionar con 6 personas?
Está super cañón, es muy complicado y la meta es que en un punto Boca Paila se vuelva el sustento y prioridad de los seis, en este momento es un proyecto independiente que va creciendo, por lo que cada uno tiene sus propias responsabilidades y trabajo, entonces el malabarearlo para coincidir es complicado, pero requiere que aunque no sea nuestro sustento económico tomar la decisión de hacer sacrificios; muchas veces hemos tenido que dejar proyectos personales que sí nos dan de comer con tal de ir a hacer ciertas presentaciones o encerrarnos a componer. Al final es un proceso de mucho sacrificio y sincronía por parte de todos para poder decir vale la pena hacerlos.
Próximamente lanzarán un nuevo video oficial ¿qué tal fue la experiencia de grabar nuevamente?
El video todavía no está, no lo hemos grabado pero estamos en estudio terminando la colaboración con Alberto Arcas, vocalista de O’kills, una banda hacia lo tropical/pop bastante padre. Esta es una colaboración bastante divertida, pues si bien es una canción de amor, también es hasta cierto punto una amenaza, pues es una manera de decirle a quien te gusta “Tú ya me tienes, estoy perdidamente enamorada de ti, pero si me rompes el corazón así te va a ir”.
Fue bastante divertido ponernos de tóxicos, de crear personajes pues en la vida real ni Alberto ni yo somos así.
¿Qué se viene para la banda, hay planes de nueva música?
Este año nos encantaría seguir tocando pero hemos decidido no aceptar todos los shows a los que nos invitan y limitarnos un poco con eso precisamente para tener tiempo de componer, pues si bien las canciones ya están compuestas en su mayoría aun falta meternos al estudio, producir, planear los videos, es mucho trabajo el que nos hace falta y creo que la gente merece ya a la música nueva.
¿Algo más que quieran expresar al público poblano?
Estamos muy emocionados por volver, sigan compartiendo que más gente conozca el tropigroove y se contagie el amor que tenemos por lo que hacemos.
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