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Una noche con VVV [Trippin’you] y Coronel Nébula

Este reporte no puede salir bien. Sencillamente porque aún no había escuchado nada de la banda principal hasta cuatro horas antes del concierto. Uno de esos shows en los que momentos antes te dicen « ¿Le caes ? », y vas, sin saber mucho que esperar. Bueno, un poco. Igual me escuché uno veinte minutos de Turboviolencia, y ya con eso sabía que algo grande se venía.

Terminé de trabajar, agarré carretera y llegué al Beat media hora antes de que el Coronel Nébula lanzara sus ondas de sonidos estelares a un público reducido, pero al que se ganó en los últimos minutos, entre canciones propias y mashup con clásicos de los 80.



El trío poblano sigue creciendo y da gusto ver la buena recepción de su música en su propia ciudad. Ojalá nos sigan regalando sus temas y vayan dándose a conocer para hacernos bailar aquí, pero también cada vez más allá de las fronteras del estado.


Una vez acabado el concierto de los teloneros, el Beat volvió a tapar el escenario, en lo que terminaban de instalarse los madrileños de VVV [Trippin’ you]. Empezó el concierto con su tecladista sola en las tablas, para calentar los oídos.



Era pan bendito para los españoles, ya que el público poblano sabía a qué iba. A lo largo de su show, los cuerpos no pararon de bailar, y se corearon los estribillos pegadizos de sus temas neobakala.


Si Joy Division hubiese tocado en una rave party, o si los Djs del Pont Aeri se hubieran puesto a hacer post punk, puede ser que saliera algo parecido a la música de este trío.


Uno recuerda la época en la que escuchaba makina, también originaria de España, y alguno que otro tema rescataban esa herencia, pero pasada por el filtro de la oscuridad, sin esa alegría que llegaba a tener el género. Y es que pasó por la península la crisis del 2008 y la pandemia. Pero nos estamos alejando del tema.


Este fue un concierto inesperado, y de los mejores para cerrar el año, con ganas de descubrir la discografía de VVV [Trippin’you] y esperar su regreso a México. Porque el público sí los está esperando después de esa presentación que no dejó a nadie indiferente.


Unas pláticas y para casa. Quedándonos con la música, y la presencia de Adrián. Copas de cristal / Vino y ansiedad / Un verano de amor / Un invierno nuclear. Sí, un invierno nuclear.


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