Ya les presentamos el último disco de Syndrome 81, banda punk francesa caracterizada por su representación de paisajes urbanos combinados con enérgicos y melancólicos sonidos. Esta vez tuvimos la oportunidad de hablar con Jacky, bajista y compositor de cada canción.
En algunas palabras, ¿podrías explicarnos cómo empezó la banda?
Al inicio, solo estábamos yo y el cantante. Era un proyecto de los dos. Él vivía en Niza, a unas 10-15 horas de Brest. El objetivo era hacer un proyecto nada más con un demo. Tuvo éxito y decidimos armar una banda de verdad con otros miembros.
Hoy en día, ¿cuál es su proceso para componer?
No cambió. Compongo todos los temas de inicio a fin. Los preparo en la computadora, y en los ensayos digo a cada quién qué hacer. Con respecto a las letras, las escribe el cantante. Son idas y vueltas entre mi casa y la suya. Él viene con ideas, a veces nada más con un estribillo, dos o tres palabras, luego escribe los versos y lo demás. Lleva unos días, semanas, meses o hasta años según las canciones. Por mi parte, siempre procuro dejarle espacio, no sobrecargar con los arreglos.
¿Podrías explicar a nuestro Brest de México lo que es vivir y crecer en Brest?
Es una ciudad bastante pequeña. En Francia, debe de ser una de las quince o veinte ciudades más grandes. Son unos 150 mil habitantes. Lo peculiar en el caso de Brest es que está lejos de todo. Es como un pueblo. En mi día a día, siempre me topo con alguien que conozco si estoy en el centro de la ciudad. La gente es bastante cálida, comparado con otras ciudades. Viví un poco en París, y allí conoces a personas con quien estás de acuerdo sobre casi todo a nivel artístico. En Brest, es imposible, por lo que nos mezclamos entre punks, rockeros, metaleros, aficionados de hardcore, lo que crea vínculos con la gente, en los bares y las salas de concierto. Es bastante diferente de otras ciudades. Aquí nos enfocamos menos en las apariencias, la gente es más humana y no les importa cosas que no tienen tanta importancia, aunque empieza a pasar también.
Tocamos una vez en Tijuana, es enorme comparado con Brest. Y a nivel histórico, Brest es una ciudad portuaria antigua. Pero fue destruida en la Segunda Guerra Mundial, por lo que no queda nada o casi nada del viejo Brest. Fue reconstruida en 5 o 10 años, así que es muy fea. Nos quedan algunas fachadas antiguas. Por lo arquitectónico, no recomendaría visitarla.
Brest es omnipresente en las letras del último disco. ¿Fue algo consciente?
El tema era la ciudad, la soledad que se puede tener en un espacio donde hay mucha gente, muchos edificios… Sí fue consciente. Si se piensa en el nacimiento del hardcore en Nueva York, y el New York Hardcore, siempre hablan de la ciudad. ¿Por qué no hacerlo con nuestra ciudad? Porque nos gusta nuestra ciudad. No somos orgullosos de ella como para sacar las banderas brestoises, pero nos gusta vivir aquí. En lugar de hablar de Nueva York cuando no somos de allí, mejor hablamos de Brest. Tiene sus peculiaridades, está lejos de todo, los edificios son feos, el tiempo no es bueno la mayoría del año. Hay algo de spleen aquí y lo transmitimos en nuestra música, aunque no estemos siempre tristes.
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De hecho, dans les rues de Brest es una de las canciones más positivas del disco, como un homenaje a su ciudad.
Sí, es una vuelta atrás, Fab (el cantante) habla de todo le que le gustaba, cuando tenía unos veinte años. Por su trabajo, vivió fuera de la ciudad, y tenía ese spleen, extrañaba vivir en Brest, vivir lejos de esta ciudad que tanto le gusta. Esta canción, la escribió estando lejos de aquí. Las canciones no son tristes, pero sí, hay ese spleen. Arrepentimiento, remordimiento. Es un homenaje a nuestro Brest.
¿Crees que también influyó en el mismo sonido de la banda?
Compuse buena parte del disco teniendo vistas en toda la rada de Brest. Así que cuando trabajaba en mi computadora, pasé horas con Brest, gris, con tormenta, con lluvia... Digamos que indirectamente, me influyó porque era el paisaje cuando compuse el disco. Para la última canción (lumière magnétique), que es un poco diferente, puse un micrófono afuera. Graba los ruidos de Brest, desde el balcón. Tiene el ambiente de Brest. Leí una entrevista del wey que grabó a bandas como Joy Division, y era bastante loco. Un día, quiso grabar el silencio desde lo alto de un edificio, otro llegó y le preguntó ¿Que estás grabando ? Y le contestó Pendejo, estoy grabando el silencio, así que cállate . Me dio risa y por eso lo hice. Es para crear ruido que en general se intenta quitar. De vez en cuando, hay como ruido. Y es Brest.
Hablando de Joy Division y lumière magnétique, grabaron otras canciones post-punk. ¿Piensan tomar esa dirección?
Creo que algun día, vamos a hacer un EP de cuatro, cinco o seis canciones así, pero nunca será nuestro sonido definitivo. Sería un paréntesis. Otros lo hacen mucho mejor que nosotros. No creo que sea lo nuestro como para hacer un disco completo así.
En una entrevista del 2017, dejaban entender que igual no durarían más de 10 años. 5 años más tarde, ¿cuál es la situación?
Ahora estamos preparando un split con Oi Boys, también en el EP post punk… ¿Hacer un segundo disco largo ? Ya veremos. No me gustan las bandas que duran 20 años y, al mismo tiempo, si aun tenemos cosas que hacer, las haremos. Para ser sincero, lo que odio son las bandas que bajan de nivel y siguen porque la banda funciona y les gusta ir de gira. Yo prefiero parar y empezar un nuevo proyecto, incluso con la misma gente, pero aportar algo nuevo. Si vemos que las nuevas composiciones no son tan buenas como el primer disco, pararemos. Además, empezamos éste hace cinco años. Si queremos sacar otro antes de llegar a los diez años, tendríamos que empezar ahora.
Con respecto a los conciertos, ¿cuáles son sus planes? Ya giraron en Estados Unidos.
Teníamos la idea de girar por Rusia, pero por la guerra, parece que no se podrá antes de un tiempo o nunca. En principio, volveremos a Estados Unidos en 2023, en febrero o en abril. Tenemos una discográfica allá que lo gestiona todo. Tal vez también vayamos a Canadá y a México. Luego, nos llaman para conciertos en Francia, en Europa, pero al vivir en Brest, o toca cuando estamos de gira, o tenemos que tomar el avión, y nos molesta un poco aumentar nuestra huella carbón nomás por tocar 45 minutos. Así que en esos casos, solemos rechazar. A veces, nos damos el gusto de decir que sí.
Desde que sacamos el disco, contactan con nosotros varias veces al día, pero también tenemos trabajo y una familia. Al estar lejos de todo, aunque sea en Francia, nos toca mínimo tres horas de camino, y eso es para lo más cerca. Si está más lejos, es irnos el viernes y regresar el domingo. Lo hacemos una vez al mes, no más, porque sí nos gusta, pero nos cuidamos también.
Hablando de otros continentes, ¿sus influencias se limitan a bandas anglófonas y francófonas?
Sí, se limita a los grupos estadounidenses, ingleses y franceses. Para la cold wave, escucho bandas rusas y rusófonas. Algunas bandas japonesas, sudamericanas. No me encanta el español para el punk. Me gusta el punk en sueco. Es una influencia para Syndrome 81. No es muy conocido, porque a Suecia no se le conoce por ese género, pero me gusta mucho, aunque no entiendo nada de la letra. Tienen canciones muy tristes. Les recomiendo Hurula. También Masshistery, que es una banda muy triste, con un chico y una chica que cantan a la par. Es bastante sorprendente, y es una de mis bandas favoritas.
En el sencillo Loubards sensibles, versionaron Traffic de Bernard Lavilliers y Tu ne me dois rien de Stephan Eicher. ¿De dónde vino la idea, y por qué esas canciones?
Queríamos hacer un EP de versiones, estábamos trabajando en el disco, llevábamos tiempo sin sacar nada… Y en lugar de versionar a bandas punk, lo que no hubiera servido de mucho, quisimos hacer dos canciones de chanson française. Lavilliers fue de los primeros en los que pensamos. Eicher también El cantante, Fab, es un gran fan de éste, y yo también cuando era adolescente. También hicimos Je marche seul de Jean-Jacques Goldman, es un poco punk en la letra, también una de Miossec, y nos quedamos con las que funcionaban mejor. Goldman y Miossec no nos convencieron y nos quedamos con las de Eicher y Lavilliers. Algunos pensaron que ya no sabíamos que hacer, pero queríamos hacer algo diferente, salir de las canciones tristes, y tampoco nos tomamos demasiado en serio.
¿Cuáles son los discos que te llevarías a una isla desierta?
[Enseña su tatuaje] Es un tatuaje At the movies, una canción de Bad Brains. Bad Brains es el grupo que siempre me hace vibrar. A nivel musical, es uno de los grupos más completos: pueden hacer reggae, punk, hardcore, fusion, rock… Me gusta todo su discografía, aunque hay discos que no envejecieron bien. Me encanta la voz del cantante, como si hubiera tomado helio.
A nivel francés, Burning Heads, porque es el grupo que me empujó a empezar. Al igual que mucha gente de mi generación, descubrí el punk melódico con Offspring, Nofx, el skate, pero para el punk hardcore, fueron ellos. Seguirá siendo una de mis bandas favoritas, aunque ya no los escuche seguido.
¿Podrías hablarnos de lo último que descubriste?
La banda Home Front sacó un disco en el sello La Vida es un Mus, es una banda de cold wave con el cantante de No Problem. The Chisel, en el mismo sello, que es punk oï. Los ingleses de Chubby & The Gang me encantó, en Partisan Record (el sello de Fontaines DC). También descubrí Machine Gun Kelly, y me encanta su último disco. Es totalmente comercial, pero me parece genial que haya raperos que retomen el pop punk. Y sino, Castillo, una banda de Los Angeles, es algo clásico y me gusta.
¿Quieres terminar con algunas palabras ?
Gracias a ti, y a los que nos lean, tal vez un día nos veamos en México. Me encanta la comida mexicana y me gustaría ir de vacaciones, nomás para comer todo el día.